Camino por el límite de mi propia cornisa.
Voy hacia mi con la calma del que ve su propia muerte.
Espero renacer.
Solo necesito un minuto de silencio,
en honor a mi sufrimiento caído.
Y la belleza ganará...
(soy viaje, sueno Budapest y mi corazón que no acaba de quedarse quieto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario