No sé si tiene sentido que escriba estas cosas,
que te cuente que me voy a una nueva aventura.
No sé si importa que sepas que cuando pones tu mano sobre la mí­a
mi olfato se despierta lleno de flores.
No sé si quieres que te diga que te fuiste lentamente
tanto que no pude ni decirte adios.
No sé si quieres saber que hay cosas que me duelen mucho
y otras que no quiero ni saber.
Tampoco me parece que te importe escuchar
que me siento avergonzada por todo lo que te llevaste
por las cosas que te dí­ y por todas mis miradas.
No puedo siquiera imaginar nuestra historia sin sentirme tonta.
Me he vuelto insignificante,
cuerpo antiguo,
mujer en desuso,
piedra sin brillo.
Un dolor giratorio de constante epicentro en mi esternón.
Haces que me sienta fea.