28.2.05

Una línea,
una curva.

Redondeces quiebran la recta que se extendía entre dos pequeños puntos.

Es, cuando menos, particular la forma en que el sol gira hasta entrar por mi ventana. Estrellas, moños y círculos cantan canciones entre mis paredes y de pronto no es invierno, huele a café y me encuentro restos de tus ojos por el cuerpo.

Hoy debo entrar limpia.

Quitar una a una las miradas que me has pegado en los brazos, en las piernas y llegar a ciertos rincones para barrerlos de ti.

Ayer me estaba duchando y al pasar la esponja por la nuca cayó una que se había escondido hasta en mis pensamientos…

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