5.3.07

Hoy salí a la calle y me dió el sol en la cara, mi estómago despertó al calor y acarició mi miedo.
Ahora, ya de noche, entre tinieblas de eclipse; espero con ansia a Glenn que va a regalarme una serenata a la luz de la luna. Y mientras cierro mis ojos, fumando un cigarro y contoneándome como de otra época, una lágrima antigua rodea mi pestaña para caer en mi mano (cerrándose).

Quisiera regalarte todas las palabras.

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