Te busco entre las notas y me vuelvo blanca.
Preferiría quedarme -dijiste-
Era cierto, más no real.
Tropiezo en tu nariz y me vuelvo negra.
No quiero que te vayas -dije-
y tu sonrisa, explotando en mil pedazos,
me devolvió corchea de tu abismo.
Y así he quedado,
apresada en el pentagrama,
subdividiéndome...
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