24.9.04

Pisando el fango me recreo.
Inmersa en un océano,
demasiado grande para mis fuerzas,
busco la forma de no ahogarme.
Y como un perro,
mordiendo el viento,
me nutro de tu nada.

Y aunque ya me lo tengo dicho,
sigo retrocediendo
a encontrarme con mi gran amiga:

la insensatez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario