14.7.04

Soy una gran risa a mandíbula batiente, batida de crema, de melocotón, una pizca de chocolate y un poquillo de canela en rama.
Una gran risa irónica preguntándose. Por qué ahora, por qué así, por qué a mí? Mi vida está plagada de cosas que no comprendo, actitudes fuera de tiempo, razones sin razón, momentos que no se eligen, mareos constantes, insomnios, caricias, disfrutes, sabores amargos, brutales decepciones.
Y yo, que no puedo más que reirme. Jodida. Con la boca (que no es pequeña) todo lo abierta que me dan las comisuras.
Me río de mí, sobre todo de mí. Y de todo lo que hoy me duele y mañana será una tontería. De lo que me dolió de ayer y no es tontería pero solo queda una marca pequeña. De él, por quien me hubiera tirado al rio a los 18 y hoy no me puede mirar sin babearse, del que me odia por no haberlo querido, del que no define si la vida es azul o verde, del que mide si estoy lejos o cerca para saber si la soga está lo suficientemente tirante.
En voz baja...sin vacilar...todo es mentira...un sueño...

Puedo reirme porque lloré demasiado. Porque hoy me miré en el espejo y ví a una mujer con un par de cojones capaz de incendiar con una mirada. Porque todo es posible, aún cuando tengan que pasar diez años. Por tí, mi Camaleón querido, por tu etapa que se cierra, y que disfrutaremos juntos mezclando lágrimas, mandíbulas, cavas imaginarios (porque no nos da el bolsillo para otra cosa) y un enorme baúl lleno de ilusiones que nada logró hacer desaparecer.
Entonces, en un acto humilde, constrito, verdadero, amable con mi vida, me arranco el corazón del pecho y renuevo mi voto con su extraordinario sentido común, que hizo que a pesar de todo hoy pueda reirme así y seguir confiando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario