Y si en un rincón del alma metes el contenido de tus cajones?
Y si una vez vacíos los llenas de agua?
Y si al cabo de un tiempo florecen girasoles?
Que haremos con mi luna y tus defensas?
Llegarán a mí encapuchadas de miel y limón?
Llegarás a darme una cucharada que me queme?
Fue muy sencillo. Vino el lobo y se lo comió.
Ahora la risa explota en mi rostro y el sueño, que se me niega, apacigua mi cama. Ausente.
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